lunes, 14 de febrero de 2011

¿Es usted un Lider Trascendente? - Gestión Humana


Las compañías necesitan de personas creativas, innovadoras, asertivas, proactivas, arriesgadas, optimistas y con valores éticos, lo cual es clave para su crecimiento. Se requiere entonces de trabajadores con un Liderazgo Trascendente, tema del nuevo libro del presidente del Instituto Latinoamericano de Liderazgo, Jorge Yarce.
Como lo señala este autor en su obra Liderazgo Trascendente, el liderazgo no es popularidad, ni rango, ni privilegio. Es ante todo una responsabilidad con uno mismo y con los seres que nos rodean, la capacidad de dar respuestas adecuadas a las necesidades del medio y asumir las consecuencias de cada uno de los actos con mucha responsabilidad. 


El liderazgo trascendente intenta entonces transformar a la sociedad con base en el trabajo hecho con excelencia personal, con afán permanente de mejorar y de guiar las acciones por valores éticos.  Si bien la empresa ejerce un liderazgo en la sociedad de hoy en muchos aspectos (investigación, innovación, mercadeo, comunicaciones, servicios, control de calidad, entre otros), logra un gran desarrollo en la medida en que cuente con personas que logran alinear sus objetivos personales con los que ésta tiene. 


La condición de progreso de las unidades productivas se debe a personas con características especiales: emprendedoras, con capacidad directiva y por lo tanto líderes. Aquí algunas recomendaciones que se hallan en este manual de liderazgo y que pueden ayudarlo a mejorar sus habilidades desde el rol que desempeñe en su organización. 


Las compañías necesitan emprendedores 
Emprender es mucho más que poseer información, que tener conocimientos o estar muy preparado. Un emprendedor necesita la sabiduría práctica, la cual consiste en saber interrelacionar los conocimientos y experiencias y convertirlos en realidades que funcionen.
Un ingrediente fundamental de la persona emprendedora es la capacidad de soñar con nuevos horizontes, la lucha permanente por obtener resultados positivos y la actitud de pensar siempre que lo que quiere es posible. 

Para esta persona es importante la preocupación permanente por retar la estabilidad de lo rutinario, por encontrar alternativas distintas de hacer las cosas. Además, tiene capacidad para salirse del camino normal, para ver lo que otros no ven, para pensar y hacer lo que parece imposible porque para ella lo posible ya está hecho. 
Las empresas necesitan una generación de profesionales con auténtico espíritu emprendedor, que sueñen con desafíos grandes en el campo empresarial y social, que en lugar de temer a las crisis y a los problemas, piensen que es el momento posible para despertar y aprovechar el potencial de liderazgo que llevan dentro, y que lo hagan realidad, conscientes de que los mayores éxitos los cosechan quienes afrontan mayores riesgos. 


Un líder entiende que trabajar es obrar 
En el campo laboral es esencial entender que trabajar es convertir el hacer en obrar de forma muy consciente para ser y trascender. Y precisamente el hacer algo se convierte en obrar cuando se interioriza lo que se hace y se puede controlar, sin permitir que un oficio absorba a la persona y que a la vez el resultado logrado sea satisfactorio. 
Pero para obrar es necesario poner los cinco sentidos en lo que se hace (concentración, intensidad, orden) y darle a una actividad un sentido (lo que se busca, lo que se quiere, lo que se logra, lo que afecta a la persona que realiza la acción y las personas que lo rodean. De la misma forma, también se debe actuar éticamente y es ahí donde se ponen en práctica los principios. 
El punto clave para quienes de verdad obran no es solo hacer, ser eficaz, eficiente o efectivo sino mejorar como persona para realizar mejor los distintos procesos en el trabajo.  


Trascender en los valores 
El liderazgo trascendente no consiste en aparentar tener valores o decir que se cuenta con ellos (honestidad, integridad, lealtad,  responsabilidad, equidad, cuidado, respeto) sino que logra que las personas los hagan parte de su vida y los promuevan a nivel colectivo. Esos valores no permiten que la persona se encierre en sí misma o los practique solo para ella. Mientras no incorpore los valores a su conducta personal, reflejándolos en la actuación, se puede decir que no se tienen. 
Cuando la voluntad tiende a poner en marcha los actos que, por ejemplo, caracterizan a una persona honesta o responsable, se logra construir y proyectar en la sociedad ese valor.  

¿Quién es el verdadero líder?
El liderazgo es una posibilidad de las personas que puede desarrollarse o no, dependiendo de su voluntad y también del medio que las rodea. Es el ambiente familiar y social el que facilita el desarrollo de la capacidad de liderazgo. Los líderes ejercen una influencia real que motiva, orienta, organiza y conduce a la acción a otras personas, en busca de un bien común para el grupo. 


El liderazgo se construye 
Se habla de construcción de liderazgo en las personas como un proceso que desarrolla capacidades, habilidades y hábitos para ayudar a otros a conseguir sus objetivos personales y sociales. 
Un proceso de construcción es una tarea progresiva que parte de unas bases, que apunta a unos objetivos y que se puede evaluar permanentemente. Hay que partir de unas oportunidades de manifestar ese liderazgo, unas capacidades de encarnarlo, unas necesidades sociales de manifestarlo, y un grupo humano en el cual expresarlo. 
La construcción es el desarrollo de hábitos estables, de valores y virtudes que dan coherencia de vida, consistencia de actuación, entusiasmo por la tarea y una confianza en los demás que infunde optimismo e iniciativa. El líder produce resultados, consigue adhesiones libres e influye en sus seguidores, que ven en él un ejemplo y una ayuda para conseguir sus objetivos. 


Un líder tiene el arte de dirigir 
Éste va mucho más allá que el arte de administrar. Es una habilidad que se puede transmitir o aprender. Para aprender a dirigir hay que saber y por supuesto administrar, pero sobre todo, hay que saber desarrollar a las personas buscando máximo rendimiento y máxima satisfacción, saber hacer trabajar a quienes están bajo esa dirección. A diferencia de quien solo administra, quien dirige es más consciente de las necesidades de realización de su grupo. No puede estar satisfecho solamente con que la gente haga bien su trabajo. 
La dirección es siempre dirección de personas y de relaciones entre personas. No tanto dirección de procesos, sino dirección de equipos de trabajo. Aquí se considera a la empresa como un cuerpo vivo, en el que la gente trabaja no solo por unos incentivos, sino por la satisfacción personal y por servir. 
Quien dirige está preocupado porque su gente crezca, se desarrolle, tenga sentido de pertenencia y exista un verdadero equipo. Aprender a dirigir es desarrollar cualidades como la audacia, la visión de conjunto, la capacidad para comunicarse, la comprensión, la visibilidad, la firmeza, el optimismo, la recursividad, entre otras. 
Se puede ser excelente profesional pero pésimo administrador. La inclinación natural lleva a pensar que debe administrar el mejor o el más inteligente, el más enérgico o el más comunicativo, pero éstas son sólo cualidades que no bastan para hacer de una persona un administrador. Un líder que sabe administrar, además de estas cualidades, sabe comunicarse con cada miembro del equipo para decirle qué espera de él, y mueve a las personas para que realicen bien su tarea individual. 
Un líder trascendente logra materializar sus ideas porque mantiene con los ojos abiertos a una nueva sociedad, está dispuesto al cambio y sabe recibirlo. Precisamente es la persona que ve las cosas de otra manera para salvar, para abrir nuevos caminos, para engendrar sueños colectivos y crear herramientas que permitan volverlos realidad. Así, el liderazgo trascendente es una influencia positiva en los demás que contribuye a que ellos realicen valores con miras de servicio al bien común.   
Para más información sobre esta interesante obra, consulte el Instituto Latinoamericano de Liderazgo.  www.liderazgo.org.co  o escriba a ill@liderazgo.org.co
Aportó: PedroDUA

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